Este es un libro interesante la verdad, por el echo de todo lo que despierta en las personas que lo leen y sobre todo por el echo de como a creado unas costumbres en muchas personas del mundo, en mi caso el acercamiento con el libro fue mas por el echo de las películas sobre Dracula y en especial por la película del mismo nombre del libro y en el cual el director Francis Ford Coppola y la adaptación por parte del escritor James V. Hart me pareció muy buena y
después una compañera de la universidad dio una charla sobre la película Nosferatu y me entro la curiosidad de y el libro que si es tan bueno tan interesante como las películas y todo lo que ocurre con la cultura de los vampiros, pues me di a la tarea de buscar el libro lo encontre y lo leí y tengo varias cosas que decir, la verdad en si la escritura me pareció un poco lenta y ademas que deja entre ver lo que va a pasar, ademas es una historia un tanto floja pero sin negarse que tienes partes interesantes, sobre todo el manejo de la historia como si fuera un diario creo que es una de la mejores cosas que tiene en si el libro y puesto que en se entrelazan dos diarios lo hacen un libro un poco mas interesante y con un toque que deja saltar un poco las cosas malas antes mencionadas, ahora bien resulta interesante el ejercicio de ver las películas y leer el libro, eso si lean primero el libro y vean después nosferatu y al final la de coppola y veran las grandes diferencias entre cada una de las obras, y en donde se puede ver que nosferatu tiene mas que ver con el libro en su adaptacion que la de coppola pero si e de ser sincero me quedo con la de coppola, es mas me atrevo a decir que es mucho mejor pero mucho mejor que el libro y que es de las pocas veces que una película supera un libro. les dejo una parte del libro no es la mas emocionante, pero si me gusta la forma de descrivir usada en esa parte del libro.
"Pareció que durante todo el día vagábamos a través de un país que estaba lleno de toda clase de bellezas. A veces vimos pueblecitos o castillos en la cúspide de empinadas colinas, tales como se ven en los antiguos misales; algunas veces corrimos a la par de ríos y arroyuelos, que por el amplio y pedregoso margen a cada lado de ellos, parecían estar sujetos a grandes inundaciones. Se necesita gran cantidad de agua, con una corriente muy fuerte, para poder limpiar la orilla exterior de un río. En todas las estaciones había grupos de gente, algunas veces multitudes, y con toda clase de atuendos. Algunos de ellos eran exactamente iguales a los campesinos de mi país, o a los que había visto cuando atravesaba Francia y Alemania, con chaquetas cortas y sombreros redondos y pantalones hechos por ellos mismos; pero otros eran muy pintorescos. Las mujeres eran bonitas, excepto cuando uno se les acercaba, pues eran bastante gruesas alrededor de la cintura. Todas llevaban largas mangas blancas, y la mayor parte de ellas tenían anchos cinturones con un montón de flecos de algo que les colgaba como en los vestidos en un ballet, pero por supuesto que llevaban enaguas debajo de ellos. Las figuras más extrañas que vimos fueron los eslovacos, que eran más bárbaros que el resto, con sus amplios sombreros de vaquero, grandes pantalones bombachos y sucios, camisas blancas de lino y enormes y pesados cinturones de cuero, casi de un pie de ancho, completamente tachonados con clavos de hojalata. Usaban botas altas, con los pantalones metidos dentro de ellas, y tenían el pelo largo y negro, y bigotes negros y pesados. Eran muy pintorescos, pero no parecían simpáticos. En cualquier escenario se les reconocería inmediatamente como alguna vieja pandilla de bandoleros. Sin embargo, me dicen que son bastante inofensivos y, lo que es más, bastante tímidos.".

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